COJITAMBO
Aproximadamente a 7 kilómetros de la
capital provincial, ciudad de Azogues, se levanta altivo el histórico y hermoso
cerro llamado Cojitambo. Su altitud sobre el nivel del mar se calcula en 3.076
m. Por sus características o forma, tiene la apariencia de un león dormido; fue
venerado por los antepasados y hoy es admirado por nosotros y por quienes
visitan nuestro cantón. Su alta cima ha sido bautizada con el nombre de Mirador
Cañari, debido a que desde ella (cima) se puede apreciar un área de 30 km. más
o menos por los cuatro puntos cardinales.
Aquí podemos encontrar un sitio
denominado “Mazhojútcu” que significa cueva de murciélagos, se trata de una
bóveda subterránea que avanza zigzagueante en una longitud desconocida. En su
trayecto se encuentran pequeños departamentos, cuyas paredes contienen
indescifrables grabados, como mensajes de nuestros antepasados.
Varias personas del lugar conocían de
la existencia de ciertas construcciones y cimientos de piedra, ubicados en la
parte posterior y cerca de la cima del Cojitambo. Fue necesario sin embargo, la
apertura de una pequeña vía hasta cerca de la cumbre, para aumentar los
hallazgos de muchos objetos de cerámica decorados con incisiones de figuras
artísticas y otras de cobre y piedra.
El 15 de julio de 1984, luego de
desbrozar arbustos y maleza, se halló una edificación como aposento, cuya
construcción es totalmente de piedra; esta edificación tiene una sola entrada y
7 hornacinas pequeñas en sus paredes, similares a las que existen en la Chapanahuasi del
cerro Guaguaizhumi de la provincia del Azuay. Las dimensiones son: 6.50 m.
largo, 4.43 m. de ancho y su altura varía entre 2 y 3.30 m.
Las hornacinas casi iguales registran
0.38 por 0.47 m. y 0.54 de fondo. Este tipo de edificación también existe en
los cerros totémicos de: Guaguaizhumi, Abuga, Buerán, Zhalao, Molobog, Zhin,
Iñaguarte, Cunguapiti, Pachamama y otros; Se considera que estos puntos eran
Chapanahuasi, es decir puestos de observación para custodiar y vigilar toda la
zona, con la finalidad de preservar la paz y tranquilidad de la comarca.
Cerca de esta edificación se encontró
lo que sería un aposento y corredor, aunque ya poco se aprecia de su
estructura. Con una superficie de 90 por 120 m aparecen varios muros de piedra
sin labrar, cubiertos de vegetación. Sin embargo, La Casa de La Cultura
Benjamín Carrión, Núcleo del Cañar con la permanente colaboración económica y
logística del Honorable Consejo provincial está realizando un formidable
trabajo de recuperación, que desde ya, demuestra la valía inconmensurable del
patrimonio histórico, arquitectónico y turístico que representa Cojitambo para
la provincia y el país. Hoy, podemos admirar un verdadero Complejo en plena
restauración como fiel demostración del trabajo antes señalado.
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